La presión del establishment por un rápido acuerdo apunta a que el Gobierno de Alberto Fernández acepte las condiciones tradicionales del FMI: más rápida reducción del déficit fiscal, mayor restricción de la política monetaria, meta más ambiciosa de acumulación de reservas y avanzar en reformas regresivas en materia laboral y previsional.
El bloque de poder económico local ha utilizado al Fondo como instrumento de extorsión a los gobiernos que resisten las políticas de ajuste.
Sin embargo, el nuevo escenario político a partir del resultado de las últimas elecciones este domingo 12 de septiembre, hace inviable la posibilidad de un ajuste de la economía porque, precisamente, sectores del gobierno de coalición concluyen que la derrota electoral fue por la debilidad de la recuperación económica y por el disgusto social.
El presidente Alberto Fernández deberá enfrentar estos dos próximos meses cruciales para mejorar el resultado electoral apuntando a mantener bajo control el dólar, desacelerar la inflación, aumentar los ingresos de trabajadores y jubilados y, finalmente, cerrar un acuerdo con el FMI que no implique ajuste económico.
FUENTE: NOTA ALFREDO ZAIAT
Economista argentino
Sputnik / Francisco Lucotti