«Solo Dios me saca (de la presidencia)», dijo Bolsonaro en un enfurecido discurso en San Pablo, tras anunciar la convocatoria al Consejo. El ultraderechista repitió que hay tres opciones para su futuro, «preso, muerto, o victorioso». Enseguida agregó: «Les digo a los canallas que nunca seré preso (…) les digo a los que quieren hacerme inelegible que solo Dios me saca».
También disparó contra los jueces supremos de Brasil, en especial a de Moraes, al que amenazó al decir que «todavía tiene tiempo para redimirse, tiene tiempo para archivar sus investigaciones». En la previa al acto de Bolsonaro, el magistrado había ordenado la detención de uno de los aliados del presidente, el exdiputado Roberto Jefferson, por promover ataques antidemocráticos.